Tipos de avales hipotecarios y responsabilidades
El aval es una figura que actualmente forma parte de la gran mayoría de las hipotecas que se suscriben en España. Y es que, tras largos años de alegría crediticia que han derivado en lo que ya todos sabemos, las entidades financieras se han tornado vez son más exigentes y los avales hipotecarios suelen ser un factor determinante para que nos concedan un préstamo para comprar una vivienda.
Pero, ¿qué implica ser aval de un préstamo hipotecario? ¿Cuáles son las responsabilidades? ¿Hay distintos tipos de avales hipotecarios? En este artículo aclaramos tus dudas.
Avales hipotecarios: Avalista y deudor no hipotecario
El avalista y el deudor no hipotecario son dos figuras que se suelen confundir cuando hablamos de avales. Ambos actúan como avales hipotecarios, pero sus responsabilidades son diferentes, como veremos a continuación.
Qué implica ser avalista de una hipoteca
El avalista es aquella persona que responde de la deuda del titular hipotecario con todo su patrimonio en caso de impago y así consta en la escritura del préstamo hipotecario.
Es decir, sus responsabilidades son las mismas que las del deudor hipotecario y, en caso de impago del préstamo, deberá responder en la misma medida con todo su patrimonio presente y futuro –nómina, otros ingresos, vivienda y bienes- hasta dar por saldada la deuda.
En definitiva, ser avalista de una hipoteca implica arriesgarlo todo y no tener ningún derecho, salvo el de intentar cobrar en algún momento del titular de la hipoteca.
Qué implica ser deudor no hipotecario
El deudor no hipotecario es el dueño de un segundo inmueble que actúa como aval (garantía) de una hipoteca ajena. Es decir que, en caso de impago del préstamo, responde con su vivienda en un porcentaje comprometido. A diferencia del avalista, su responsabilidad está limitada ya que no compromete todo su patrimonio presente y futuro para cubrir la deuda.
Para poder aportar una vivienda como garantía de un préstamo hipotecario, dicha vivienda no puede estar hipotecada a su vez.
¿Se puede evitar que el avalista pierda su vivienda?
El tema de los avales hipotecarios se ha convertido en una auténtica pesadilla para quienes se hipotecaron en los años gloriosos del boom inmobiliario avalados sobre todo por sus padres. Y es que, en aquellos años de alegría, los avales se percibían como algo casi simbólico y era prácticamente inimaginable no poder pagar la hipoteca y que la responsabilidad alcanzara al avalista.
Éste es en la actualidad el mayor miedo de cualquier hipotecado con aval. Que, llegado el caso de no poder pagar la hipoteca, el banco no solo arremeta contra su vivienda sino contra la vivienda de sus avalistas, habitualmente los padres. En estos casos, la pregunta es: ¿Hay solución o está todo perdido? Si, la hay. Existen opciones para que el banco o el Juzgado no tengan que arremeter contra la vivienda que ha servido de aval para cubrir la deuda del préstamo, aunque el camino y la lucha según el caso pueden ser complicados.
¿Estás en esta situación o conoces a alguien que lo esté? ¿Eres avalista o te avalaron en su día tu propia hipoteca y ahora temes que el banco se quede con la vivienda de tus padres? Sea cual sea tu caso, intentaremos ayudarte. Consúltanos gratis y cuéntanos tu caso. Puedes llamarnos al teléfono gratuito 900 10 20 37.
Recuerda: Los bancos no siempre tienen la última palabra…