Trampas de los bancos con las hipotecas que deberías conocer (II)
Lo prometido es deuda. La semana pasada ya te contamos que hay toda una serie de trampas relacionadas con las hipotecas que deberías conocer para no tener que asumir abusos ni pagar más de lo que te corresponde. Ya te hablamos de algunas de estas trampas o abusos, relacionadas por ejemplo con la aplicación de los términos de la hipoteca en lugar de la legislación actual, con las cláusulas suelo o con los costes de una ejecución hipotecaria.
Esta semana, tal y como ya te habíamos avanzado, continuamos con este tema que da mucho de sí y te hablamos de otras trampas de los bancos con las hipotecas que suelen ser bastante comunes y que deberías conocer para defender tus derechos ante cualquier posible abuso.
Abusos con los intereses de demora
Los intereses de demora constituyen una de las trampas de los bancos con las hipotecas más comunes. Tradicionalmente, los bancos establecían unilateralmente los intereses de demora que creían más oportunos en cada caso y que solían oscilar entre el 20 y el 30{3b59ca797ca2d979371a9f97b180947edaf60ac1fff5c101f31a769b6bf68552} para los casos en los que el deudor no pudiera cumplir con los compromisos del préstamo.
Sin duda, unos intereses de demora tremendamente abusivos pero perfectamente legales, porque no existía ninguna limitación legal y porque los propios hipotecados los aceptamos al firmar las condiciones de nuestros préstamos hipotecarios, aunque no seamos conscientes de ello hasta que aparecen los problemas, como ocurre con tantas otras cláusulas hipotecarias.
Actualmente, sin embargo, los intereses de demora están regulados por ley y se establece una limitación de tres veces el interés legal del dinero, con lo que estos intereses se verían limitados en estos momentos a un porcentaje máximo de entre el 10{3b59ca797ca2d979371a9f97b180947edaf60ac1fff5c101f31a769b6bf68552} y el 12{3b59ca797ca2d979371a9f97b180947edaf60ac1fff5c101f31a769b6bf68552}.
Presiones en los plazos para dejar la vivienda en caso de impago
Cuando un hipotecado deja de pagar las cuotas de su hipoteca, y después del “periodo de gracia” que se haya podido negociar en cada caso con el banco, se enfrenta a las presiones de la entidad y a un procedimiento de ejecución hipotecaria, lo más habitual es que piense que se va a tener que ir de su casa de forma prácticamente inminente.
Es un pensamiento perfectamente normal, derivado del desconocimiento y de la situación de desamparo e indefensión en la que uno se suele encontrar ante las presiones del banco. Sin embargo, este proceso no es tan automático ni los tiempos son tan inminentes.
Cuando se inicia un procedimiento de ejecución hipotecaria, el proceso puede alargarse perfectamente entre tres y cuatro años. Es decir, que no es tan fácil que a uno le echen de su casa, en contra de lo que se pueda pensar. Eso sí, para eso hay que estar informado, conocer la situación de la propia hipoteca, los nuevos derechos legales y controlar la situación.
Presiones con los avales de la hipoteca
El 90{3b59ca797ca2d979371a9f97b180947edaf60ac1fff5c101f31a769b6bf68552} de los avales bancarios están vinculados a hipotecas. Una fórmula que era perfectamente habitual, que tus padres o un familiar, te avalaran con su vivienda para comprar tu propia casa, se convirtió en una gran tragedia cuando llegó la crisis.
Éste es en la actualidad el mayor miedo de cualquier hipotecado con aval. Que, llegado el caso de no poder cumplir con las condiciones del préstamo hipotecario, el banco no solo arremeta contra su vivienda sino contra la vivienda de sus padres que constituye el aval. Sin duda, es una gran presión, con la que los bancos cuentan y que juega en contra del deudor hipotecado.
¿Hay solución? Si, la hay. Existen opciones para que el banco o el Juzgado no tengan que arremeter contra la vivienda que ha servido de aval para cubrir la deuda del préstamo
¿Y si tengo varios préstamos con la misma entidad?
Otra de las trampas de los bancos con las hipotecas que suele estar a la orden del día está relacionada con el hecho de que el deudor tenga varios préstamos con la misma entidad, por ejemplo, la hipoteca, un préstamo personal y una tarjeta de crédito.
¿Qué ocurre en estos casos si, por ejemplo, el deudor no puede seguir pagando la hipoteca? Lo normal es que el acreedor (el banco) aplique el pago al préstamo que tiene más riesgo y que finalmente, de una forma u otra, saldrá más caro. Pero la realidad es que, por ley, el deudor tiene la opción de elegir pagar el préstamo que quiera.
Es decir, en base al ejemplo expuesto de que el deudor tenga con el mismo banco una hipoteca, una tarjeta de crédito y un préstamo personal, si no puede hacerse cargo del pago de todos los préstamos, lo que debería pagar por su conveniencia es primero la hipoteca, luego el préstamo personal y, por último, la tarjeta de crédito. El banco intentará justo lo contrario: que pague primero la tarjeta, después el préstamo personal y la hipoteca.
Tenemos más derechos de los que solemos conocer y en estos momentos hay un constante movimiento en cuanto a la introducción de nuevas medidas legales que aumentan la protección de los hipotecados frente a posibles abusos de los bancos. Por ello, es importante estar al día de qué nuevos derechos te amparan, porque la información es poder y es tu mejor arma para combatir las posibles trampas de los bancos con las hipotecas.
Si podemos ayudarte, en ABFinancial estaremos encantados de atenderte para que puedas saber cuáles son las mejores alternativas que tienes a tu disposición para luchar contra las presiones del banco y conseguir una hipoteca más justa a todos los niveles.
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